viernes, 23 de septiembre de 2011



"Sacó del bolsillo derecho de su chaqueta su "humilde" invento: era un reloj de bolsillo, pero sabía cuándo estabas contento y entonces se paraba por sí solo alargando hasta el infinito ese momento de felicidad. Cuando no estabas alegre, las agujas del reloj corrían a toda prisa y tu te asombrabas, por Dios, que rápido pasa el tiempo y tus preocupaciones pasaban en un abrir y cerrar de ojos. Luego, por la noche, cuando tu dormías pacíficamente junto a tu reloj, aquella cosita que palpitaba pacientemente con su tic tac, compensaba por sí misma los atrasos y los adelantos. Y por la mañana te levantabas como todo el mundo, como si no hubiera pasado nada"

Ohran Pamuk
La vida Nueva

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